viernes, diciembre 30, 2005

Txindoki


Ayer, 29 de diciembre, la nieve estaba recién caída. Mi padre y yo subimos al Txindoki en medio de un paisaje en blanco y negro. El sol brillaba turbio y gris.

Al subir vimos petirrojos (txantxangorri), al bajar también.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Un paisaje precioso. Yo espero atacar la nieve el 7 de enero. ¡¡Y con raquetas!! :P Venga, venga, no te pongas así. Te conseguiré unas cuando vengas a mis dominios para que te vayas metiendo en harina... :P ¡Feliz Año!

Anónimo dijo...

Ayer, 30 de diciembre, disfrutamos de 31 grados de calor. Las playas de la ciudad, desde la popular Ramírez que te vio correr, hasta la distinguida Carrasco no frecuentada por la distinguida gente del barrio porque playa es Punta del Este, ¿viste?, estaban a tope.
¡Muy Feliz 2006!

Anónimo dijo...

Feliz año.
Bellísimas las fotos.
Quiero más.

Anónimo dijo...

¿Pero el txantxigorri no es una cosa dulce hecha de cerdo que se come? Que lío.

gusiluz75 dijo...

Feliz 2006.
Parece que la comida en la Servicial será el miércoles. Falta por ultimar detalles.Te llamo.

Anónimo dijo...

¿Txindoki quiere decir algo?

Feliz 2006. Y gracias.

eresfea dijo...

Dogbert, Txindoki (léase chindoki) es el nombre de una cabaña próxima a la cima que le robó al cerro su nombre primigenio: Larrunarri. Y es probablemente la montaña guipuzcoana más ascendida.
(¡Jo! No se presentan demasiadas oportunidades para escribir primigenio).

eresfea dijo...

Txantxigorri, txantxigorri... ¡De Pamplona tenías que ser! No conozco un postre más pesado, más que una masa harinosa y grasienta parece una aleación.

Anónimo dijo...

Querido ñoñostarra: cuando mi tío estaba a punto de morir, le llevé una torta de txantxigorri. Y la tal aleación esa le hizo REVIVIR. Con sus manos duras de labrador, partió con facilidad la masa, vio asomarse las uvas viejas -sus ojos, entonces, brillaron-, y separó la hostia dolorida.

No sólo de pan vive el hombre. Hay cosas, querido, que son cuestión de fe.

¿Navarra?

Feliz año, Eresfea.