miércoles, junio 21, 2006

Cómo hemos cambiado

El Español, 2/XI/1835
TRIBUNALES
TENENCIA DE VILLA de la cuarta demarcación.
Ante el Sr. Teniente de villa de la cuarta demarcacion compareció en el dia de ayer una muger como de 28 años de edad, no mal parecida, morena y decentemente vestida llamada J.P., acompañada de su marido, de estatura regular y de unos 30 años, y dijo. –Señor: habiendo ido a comprar carne al puesto de M.B. fui de órden de este por unas copas de aguardiente á la taberna, donde vi al marido de M.N. bebiendo con otra muger. Al salir, llevando las copas, me acometió M.N., y dando tantas voces que se juntó gente, me insultó y me trató de p…, y no contenta con esto, buscó á mi marido, que está presente, y le dijo que pusiera enmienda en mi conducta, porque yo traía entretenido á su marido, y que si no ella lo haria, por lo que mi marido me ha dado de golpes, sin motivo, porque yo soy una muger de bien.
Habiendo el Sr. teniente preguntado á un granadero Nacional, moreno, buen mozo, ¿es V. el carnicero? Y contestado que sí, añadió su señoria. –Yo he mandado que cada uno de ustedes viniese acompañado con un hombre bueno.
Entonces la J.P. con algun calor dijo. –Señor, yo dijo que la señora que me dijo p… que me lo haga bueno.
Inmediatamente una muger como de 42 años mal vestida, delgada, con un grande cardenal debajo del párpado inferior del ojo izquierdo, llorando á gritos y suspirando sin interrupción y fuertemente, que era la M.N., dijo –V. ha ido con mi marido á la taberna á beber –J.P. con viveza. –No, no es verdad; ponga V. testigos como yo los pongo: yo he llevado golpes por causa de su mala lengua, y….. –La M.N. llorando y suspirando con mas violencia –Señor, yo soy una pobre infeliz que no tengo mas que lo puesto: á mí me dijeron que la señora estaba con mi marido en la taberna; yo no la conozco sino para servirla. –Señor teniente. –Permitame V. señora, si uno fuese á decir á su marido de V. que andaba V. con otro, ¿qué concepto formaria V.? V. ha hecho muy mal, y….. M.N. llorando y suspirando sin cesar –Señor, hágase V.S. cargo que yo estaba acalorada. –Señor teniente. —No llore V. muger; no tiene V. razon para hacer ese llanto. O V. tenia antecedentes para creer que su marido trataba con otra ó no; si carecia de ellos, como se está viendo, no ha tenido V. motivo para comportarse de esa manera. –M.N.—Sr., yo soy muy desgraciada; mi marido….. –Sr. teniente.—V. podrá ser desgraciada y su marido un bribon, pero V. conoce que ha obrado mal, pues ahora dice que esta señora no es p…. Y antes dijo que sí.. –El marido de la J.P. con la voz reposada.—Señor ¿me permite V. S. que diga dos palabras? –Sr. teniente. –Sí, y aunque sean cincuenta. –Pues señor, el hecho fué este. La señora (señalando a M.N.) fue á mi casa muy sofocada diciéndome que mi mujer entretenia á su marido; y yo quiero que me lo complete. –Señor teniente. –Eso ha sido un efecto de indiscreción, zelosa de…. –M.N. siempre llorando. – Á mi me han dicho que esta señora era p….; yo no tengo el honor de conocerla. –Sr. teniente.— V. es bastante deslenguada y violenta: ahora mismo se está V. consumiendo de rabia; modérese V. en el modo de hablar, ó de lo contrario tomaré providencia. Probablemente V. tendrá la culpa de las distracciones de su marido, pues le molestará demasiado con sus inoportunos celos, y ese carácter violento. –M.N.—Yo no quiero vivir con él. –Sr. teniente.—V. podrá separarse deduciendo su accion en los tribunales; pero ahora no se trata de eso. –El marido de la J.P.—Sr.: yo quiero enterar á V.S. de quien es esta muger. –Sr. teniente.—Todo lo que V. me puede decir lo he concebido ya. Vds., marido y muger, váyanse juntos á vivir como hasta aquí pacífica y honradamente, sin maltratarse ni recordar lo pasado, y sin hacer aprecio de las espresiones de esa muger dichas en un momento de cólera. Y V., M.N., absténgase en lo sucesivo de comportarse de una manera tan escandalosa, guardando el debido miramiento á las personas, pues de lo contrario se tomarán contra V. providencias mas severas. Todos los interesados salieron del tribunal parecer satisfechos, menos la M.N. que iba llozando [sic] y suspirando como habia entrado.

¿Hemos cambiado? Quienes crean que sí pueden ver la televisión en España por las tardes.

2 comentarios:

mi-tacua-uy dijo...

Triste realidad, pero tu estás haciendo algo para cambiarla, sólo poniendo esta entrada. Felicitaciones, a no ser por las montañas, una de las mejores entradas -según mi modesto parecer.
PD: ¿Sufriste mucho teniendo que poner tantas faltas de ortografía? ¿O no lo eran en esa época? :)

Anónimo dijo...

Por estas latitudes es peor, nos invaden mejicanos y colombianos. Espléndido.
MUCHISIMAS GRACIAS!!!!!Aún no lo tengo pero me han leído tus palabras.Muchas gracias.No pretendía dejarte sin un libro.Espero verlo pronto.Muchos cariños. Ali