viernes, noviembre 16, 2007

Conclusiones del 8 de noviembre, un día de montaña en solitario



Los avellanos tienen vocación de bastón. (Me tienta la greguería y pienso en Gómez de la Serna)
Me cautiva la luz del otoño en las Malloas.

5 comentarios:

mi-tacua-uy dijo...

Precioso.

Lebowski dijo...

Y yo que pensaba que la idea de "montaña" ya contenía a la idea de soledad...

Coppelia dijo...

Qué lindos que son esos ratos de soledad que se eligen. Y se guardan.

Ander Izagirre dijo...

Creo que te utilizaré como excusa para colgar el reportaje de Pablito (que no Pablo), el hombre de Tierra Estella que regala varas de avellano a los peregrinos.

pUbLiFrEaK dijo...

Eresfea dónde estás? Mucha soledad te está haciendo dejar el blog? Volvé.

Salú!