jueves, abril 18, 2013

Más afuera

Más afuera (Salamandra, 2012), de Franzen, es un reto para la lectura, y escribo en primera persona porque lo que digo a continuación será una respuesta a mi lectura y poco más. Prefiero de largo estas distancias cortas (críticas literarias, reportajes, confesiones...) a las novelas de Franzen; admiro su precisión con el manejo de las ideas y las palabras; disfruto con la afición por los pájaros de Franzen, con sus críticas a las redes sociales, con sus certezas de escritor ("si hay algo que debe hacer toda prosa es hacer pensar a quienes la crean"); aprendo con las lecturas que hace de algunas novelas elegidas; he leído muy despacio lo referido a David Foster Wallace, para él, David... ("Más afuera" y "David Foster Wallace"). En fin, quiero recomendar dos o tres textos del libro, a sabiendas de que cambiaré pronto de opinión con el criterio de la elección y de que no conseguiré trasladar una idea justa de lo que ofrece este libro excelente.
-Ahí va un fragmento mínimo de "El Mediterráneo feo" (catalogable como reportaje):
"Aunque la pérdida de hábitat es la razón principal del rápido descenso de las poblaciones de aves en Europa, la caza al estilo italiano (caccia selvaggia, "caza salvaje", la llaman sus detractores) es la gota que colma el vaso. Cuando le pregunté a Fulco Pratesi, un antiguo cazador de caza mayor que fundó la delegación italiana de WWF (World Wide Found) y que ahora considera esta afición "una manía", por qué los cazadores italianos se cobran pájaros con tal desenfreno, mencionó la afición de sus compatriotas a las armas, su gusto por una "actitud viril", su complacencia en el incumplimiento de las leyes y, curiosamente, su pasión por estar en la naturaleza. "Es como un violador que ama  a las mujeres, pero lo expresa de una manera violenta y perversa -dijo Pratesi-. Aves que pesan veintidós gramos son abatidas con munición de treinta y dos gramos. Los italianos -añadió- están más dispuestos a sentir afecto por animales "simbólicos" como el lobo y el oso, y de hecho han realizado mayor esfuerzo en su protección que el resto de Europa. Pero los pájaros son invisibles -explicó-. No los vemos, ni los oímos. En el norte de Europa la llegada de las aves migratorias es visible y audible, y conmueve a las personas. Aquí la gente vive en las ciudades y en grandes urbanizaciones, y las aves están literalmente en el aire". (PP. 110 y 111).

-Y dos títulos más, imprescindibles: "Sobre la ficción autobiográfica", "Sólo llamo para decirte que te quiero".

Más afuera podría haberse titulado con absoluta propiedad Cómo estar solo II.

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